ón a lo que ocurre a tu alrededor o a la conversación con tu interlocutor.
Hoy sin embargo, “estar en la nube” (ojo, en singular) significa que estás en la cresta de la ola; es decir, en plena vanguardia tecnológica. El término hace referencia a las palabras en inglés cloud computing, que no es otra que una forma de compartir recursos, aplicaciones, software,…. para gestionarlos de forma comunitaria, sin tener que comprarlo de forma individual.
Es como vivir en un edificio: se comparten los cables de la luz, las tuberías del agua, el ascensor, la limpieza del garaje,…. en vez de que cada uno tenga su propia infraestructura eléctrica, de fontanería, su ascensor..
En el mundo de la tecnología el cloud computing es una forma muy eficaz de disponer de aplicaciones de alto rendimiento con un coste muy bajo. No es necesario comprar una copia completa y única de un programa informático, sino que se paga una cuota mensual por acceder al mismo y usar sus servicios. A esto también se le puede llamar SaaS: Software as a Service.
No compramos un paquete con el programa sino que accedemos a él desde la web y lo usamos cuando es necesario. Esto implica que no nos preocupamos de la actualización ni de las licencias para instalarlo en varios equipos.
Esto quiere decir que hoy día “estar en la nube” es algo muy bueno. Antes “estar en las nubes” tenía una connotación negativa; sin embargo hoy la nube es lo más cool. Todos los directores de TI, los administradores de sistemas, los directores de informática,…. quieren que su empresa esté en la nube. Además de ahorrar costes fijos para la compañía aseguran un mejor rendimiento de sus aplicaciones.
En realidad ya hay pocas cosas que no estén en la nube. (Casi) nadie aloja su web en su propio servidor en su propia casa u oficina si no que lo hace en los grandes Centros de Datos; los programas de facturación están online; los CRM también; los sistemas de soporte, el email, las imágenes, los vídeos,…. todo lo compartimos desde la nube. Subimos ficheros desde el smartphone, la tablet o desde el ordenador de la oficina y todo el mundo puede acceder a dicha información desde cualquier parte y lugar. Todos tenemos una versión o una identidad en la nube.
Así que hoy es muy bueno estar en la nube: usamos gmail, dropbox, flickr, youtube, icloud de apple, google docs,….. pero ¡cuidado! la computación en nube también puede limitar la libertad de los usuarios y hacerlos dependientes del proveedor de servicios. Algunos críticos afirman que sólo es posible usar las aplicaciones y servicios que el proveedor esté dispuesto a ofrecer.
Así, The Times compara la computación en nube con los sistemas centralizados de los años 50 y 60, en los que los usuarios se conectaban a través de terminales “gregarios” con ordenadores centrales. Generalmente, los usuarios no tenían libertad para instalar nuevas aplicaciones, y necesitaban la aprobación de administradores para desempeñar determinadas tareas.
En suma, se limitaba tanto la libertad como la creatividad. El Times argumenta que la computación en nube es un retorno a esa época y numerosos expertos respaldan la teoría. De forma similar, Richard Stallman, fundador de la Free Software Foundation, cree que la computación en nube pone en peligro las libertades de los usuarios, porque éstos dejan su privacidad y datos personales en manos de terceros.
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